jueves, 28 de febrero de 2008

El Ribalta, contra ´Física o Química´

Nos hacemos eco de 2 artículos aparecidos en el Periódico Mediterráneo en relación a la serie Física o Química que emite Antena 3.

 

La primera, aparecida el día 22 de febrero "El Ribalta contra Física o Química".

La segunda, aparecida al día siguiente es un artículo de opinión de Antonio Lorenzo, Subdelegado del Gobierno en Castellón, en el que hace referencia a la postura de la Asociación de Alumnos del Ribalta.

 

Dicen así:

 

 -- Día 22 --

El Ribalta, contra ´Física o Química´

Los alumnos del instituto protestan por la imagen de la juventud dada en la serie.

 

"Los jóvenes estamos hartos de la imagen que se da de nosotros". Esta queja, expresada por Stefan Lukic, estudiante de 2° de Bachillerato y presidente de la asociación de Alumnos del IES Francisco Ribalta (Aafrari), es la que ha llevado a los jóvenes del instituto castellonense a exigir, mediante un comunicado, la desaparición de la parrilla televisiva de la serie Física o Química, emitida en la cadena Antena 3.

 

Los alumnos del Ribalta han reaccionado así ante la "distorsionada imagen" que se da de la realidad de la vida estudiantil en dicha serie, que tachan de "exagerada y denigrante". La iniciativa nació del boca a boca entre estudiantes, que mostraron su indignación por las situaciones que se representaban, lo que llevó a la Aafrari a redactar la queja, que también ha enviado a Antena 3. La directora del centro, Paloma Segura, es favorable a la petición, ya que Física o Química "no muestra pautas normales de comportamiento".

 

En dicho comunicado, los alumnos se sorprenden de que una serie que muestra sexo, consumo de drogas y violencia esté clasificada como recomendada a partir de los siete años. "Eso nos preocupa mucho. Los adultos, e incluso nosotros, los adolescentes, tenemos filtros que nos permiten relativizar la información recibida. Sin embargo, un menor de siete a catorce años se puede sentir impresionado por lo que ve en la serie, pensando que se lo va a encontrar en el instituto, cuando no es cierto", asegura Stefan Lukic.

 

Uno de los muchos ejemplos que pone el joven es una escena en la que un estudiante chino es maltratado por sus compañeros y sus quejas no son atendidas por su jefe de estudios, que insta al alumno a "olvidar el problema". "Si un niño ve esto puede sentir hasta miedo, pensando que este es el procedimiento habitual", manifiesta.

 

Para mayores de 16

 

El representante de los estudiantes es consciente de que la queja de los alumnos del Ribalta no va a hacer que retiren Física o Química de la programación, aunque aspira a que "por lo menos, se suba su calificación a no recomendada para menores de 16 años, además de que la eliminen de la página web de Antena 3, donde se pueden ver los capítulos".

 

De momento, la Aafrari no está sola y ya se ha puesto en contacto con Federación de Asociaciones de Padres (FAPA) de Valencia, que también ha expresado su indignación por la serie y se plantea presentar una queja al Defensor del Menor y al Defensor del Espectador para que desde la productora o la misma cadena privada se enmiende esta situación.

 

  -- Día 23 --

 

Nuestro futuro en sus manos

 

Dos noticias aparecidas en prensa esta semana me permiten hacer una reflexión sobre la imagen que a través de las instituciones y medios de comunicación estamos proyectando sobre nuestras hijas e hijos.

 

En primer lugar, el conflicto surgido en una sesión de las Corts Valencianes, en las que ante una cuestión planteada por una parlamentaria, otro parlamentario contesta que "me veré en la obligación de decirle que es usted una de esas personas a las que se conoce por la profesión de su madre", me plantea una serie de interrogantes.

 

Mi primera duda se refiere a la relación de desigualdad, que ni siquiera en el campo político hemos logrado erradicar. Si la pregunta que dio origen al exabrupto la hubiera planteado un hombre, ¿hubiera generado la misma respuesta?. Estoy convencido de que no. Desgraciadamente se sigue ejerciendo sobre la mujer una violencia por el simple hecho de ser mujer. Y si en nuestras instituciones políticas, que deben ser el máximo ejemplo, el tan de moda paradigma, de las relaciones de igualdad, de participación, de convivencia y de lucha por una sociedad más justa y democrática se producen manifestaciones como ésta, generadoras de violencia, y ratificadoras de la desigualdad, ¿Qué fuerza moral tenemos ante nuestros adolescentes a los que decimos que hay que erradicar la violencia en las aulas, o que hay que ser tolerantes y respetuosos?

 

Por otra parte, parece que la participación política de los jóvenes decrece, que manifiestan poco interés y confianza en "los políticos". Estoy convencido de que estas situaciones no propician el respeto a unas instituciones que sin embargo son la esencia de un sistema democrático, en el que el debate político debe estar basado en el respeto, y en el que la confrontación debe quedar siempre en el terreno de la ideología y no del insulto personal..

 

La segunda noticia me produce satisfacción. Nuestra juventud se mueve y analiza lo que ve. Los alumnos del Instituto Ribalta, del que tan gratos recuerdo guardo, protestan por la imagen que se da sobre la juventud en una serie de televisión y exigen la desaparición de la misma de la parrilla televisiva.

 

Proliferan en los distintos canales de televisión las series de estudiantes mayoritariamente pertenecientes a escuelas privadas, en las que se producen situaciones y problemas en unos casos totalmente alejados de la realidad de un centro educativo y en otros en los que el conflicto se resuelve bien con grandes dosis de moralina, o por el contrario se aceptan soluciones que, como bien dicen los propios alumnos del Ribalta, no muestran pautas normales de comportamiento.

 

Por ello, quiero felicitar al alumnado del Ribalta por su actuación. A los responsables de la asociación de alumnos por su capacidad de movilizar y transmitir la necesidad de cambiar esa imagen negativa de la juventud. Y al profesorado, que continúa educando en valores a nuestros hijos e hijas, de entre los cuales saldrá nuestra futura clase política. Futuros políticos en los que tenemos puestas nuestras esperanzas, porque confiamos en ellos, en nuestros adolescentes, en su capacidad para ser críticos, para analizar y valorar, porque, a pesar de esta imagen negativa que en ocasiones proyectamos sobre ellos, queremos y esperamos lo mejor para ellos. Queremos que sean auténticos ciudadanos y ciudadanas educados en la libertad, en el respeto mutuo y en la igualdad.

 

Subdelegado del Gobierno en Castellón